- Miau - escucho entre sueños, al compás de los destellos colandose por la ventana de mi cuarto, esquivando habilmente la bandera mal colocada simulando una cortina, para llegar justo a tiempo a mis ojos, y probocar astío en mi mente.
Me desperezo mientras Tomás, el mas grande de mis tres gatos, se estira lentamente hasta tener el mas pequeño de sus musculos al máximo, para luego bostezar y tranquilamente saludarme con su mirada de confianza.
Me tranquiliza el verlo ahí, como todas las mañanas se lame los bigotes mientras balbucea con una voz poco inteligible - buenos días señor mío, de nuevo tubiste una mala noche ah
- buen día para ti tambien Tomás, y la respuesta para tu pregunta que piensas hacer ahora es sí, no pude dormir bien por pensar en ella.
Esboza una ligera sonrisa mientras continua con su aseo matutino; no es un gato grande, mas bien algo chaparro, con su pelo negro con blanco algo abundante, tiene una mancha negra en la barbilla que le da un toque de distinción dice él.
Una vez incorporado, me dirijo hacia el baño, abro la regadera y me dispongo a bañarme, me interrumpe una voz algo infantil - Tengo hambre, ya no hay comida podrías ir por mas?? - me dice insistentemente Kino, el segundo de mis gatos, es muy glotón y mas que gato parece perro, siempre me sigue y suele ser bastante testarudo cuando quiere que le pongas atención.
- Te he dicho muchas veces que debes dejar de comer tanto, al rato vas a estar tan gordo que no podrás ni salir de la casa- le insta Tomás, al tiempo que se dirije a la ventana para hechar su vistazo matinal a la calle y buscar a la Niña, es digamos su "protegida", una gata que vino a nacer en el patio de la casa, su madre la abandonó y desde entonces la alimentamos. nunca habla conmigo, pero creo que se siente parte de la familia, aunque siempre salga corriendo cada vez que nos ve.
- Solo necesito comer un poco más, no quedé satisfecho. hey ya se! jugemos un rato, o mejor aún, cargame, quiero que me acaricies un rato, pero no la panza, me dan cosquillas.
- Déjalo en paz un rato, sigue inquietado por la chica que le gusta, por qué no vas a dar un rondín por la cuadra y vez si puedes molestar al perro del vecino? - contesta por mí Tomás, me conoce bien, sabe cuando estoy impaciente por algo.
Al tiempo que el agua colpea mi cuerpo tu recuerdo golpea mi memoria con una métrica impresionante. te recuerdo caminando entre las filas de asientos, justo en medio de una pieza de Brouwer; con un yeso en tu mano derecha. te recuerdo platicando con tus amigos afuera del concierto de guitarra, mientras trataba de convencer a Alejandro de que me presentara contigo, y vaya que fue dificil, por alguna razón se la pasaba dandome largas hasta que le mostré que era en serio. recuerdo la primera sonrisa que te conocí, y recuerdo cómo buscaba el pretexto correcto para pedir tu teléfono. las memorias vienen a mi cronológicamente, como cada mañana, mientras enjabono mi cuerpo. el sonido del teléfono me despabila de mi letargo remembrante, aparto ligeramente mi atención hacia la duda de quién será, me asalta el deseo de que fueses tu. los zumbidos se detienen y reincido en tu rostro. vuelve a mi esa sonrisa tuya, una de las cuatro que te conosco, la mas sencilla, la que dice "me agrada lo que dices, me hace sentir feliz en este momento", en ese instante me regalas una mirada infinita, como si mirara una estrella, todo mientras platicamos en un restaurante del centro, mi favorito, es comida mexicana. me pierdo en tus ojos, esta vez en un café, mientras esperamos tu ensalada; si alguna vez pierdo la cordura tus ojos serían el primer lugar donde buscaría, seguro me encuentro en algún lugar del universo de tu mirada.
Me detengo un momento frente al espejo, miro mi rostro al tiempo que me pregunto si lo que veo será suficiente. detenidamente coloco crema para afeitar en mi barbilla, y comienzo el vaivén de la navaja; y te miro ahí, en una noche fresca, al principio no te reconosco ni tu a mi, pero después me saludas como si realmente te diera gusto verme, platicamos un poco, las preguntas acostumbradas: cómo has estado? qué has hecho? mi mente se nubla como de costumbre y no se qué decir. limpio mi rostro de los remanentes de crema, me miro a los ojos en el espejo, y comienza mi mundo a desmoronarse, como cada mañana, me veo cada vez mas pequeño en un mar de gente haciendo y deshaciendo en su monotonía, algunos hacen mas, otros solo deshacen, y me veo estático, insignificante, y cuestiono mis creencias, mis valores, mi moral, mis costumbres, mi entera existencia la cuestiono solo para darme cuenta de lo poco que se, de lo poco que soy; justo a tiempo como cada mañana veo como destruyo mi templo interno, para comenzar de cero.
- Más te valdría concentrarte un poco, tienes una entrevista importante hoy, si tanto te distrae solucionalo, si realmente quieres impresionarla solo dile lo que sientes.
- Tu que vas a saber Tomás, si en vez de buscarte pareja te la pasas cuidando a la Niña.
- Y con que punto si a fin de cuentas me castraron, y sin preguntarme. Además le guardo cariño, y si no estoy tras de ella enseñandole a sobrevivir y alejando a Kino de ella le costaría mucho trabajo.
- Si ya va, ya va; no te ensañes conmigo, sabes que no hay problema. te agradesco tu preocupación, sé lo que tengo que hacer, y en su momento lo haré. solo necesito juntar valor y encontrar el momento correcto. no quiero hecharlo a perder.
- Solo espero que le gusten los gatos.
- Já! si supieras...
Me anudo la corbata, me asaltan muchas dudas como cada mañana. luego recuerdo tus sonrisas, te ries de algún comentario o alguna broma sobre algún recuerdo, tu segunda risa, la que me dice "ojalá hubieras estado ahí para que te rieras como yo".
- De dónde vienes que estas todo lleno de tierra Kino? cuantas veces te he dicho que no te ensucies!.
- Si yo ni hice nada, solo fuí a tomar un paseo... por el patio de los vecinos.
- Un buen día te va a sacar un susto ese perro, solo espero no pase del susto.
- Ese gordo no me alcanza ni aunque fuera un galgo- musita mientras se aleja rumbo a su surrón favorito, al tiempo que lanza una discreta carcajada. me pregunto si se dará cuenta de la íronia de su comentario sobre la obecidad del perro. je.
Lentamente llevo a mi boca otro trozo de huevo con salsa, esta mañana traía antojo de huevos rancheros. recuerdo tu forma de comer, y recuerdo como esbozas tu tercera sonrisa, muy ligera, y algo coqueta, la sonrisa que me dice "me da vergüenza que me veas, me pones nerviosa". termino mi desayuno con un buen trago a mi cerveza, llevo los trastes al fregadero, les hecho agua. llega la Niña y se me queda viendo con algo de miedo, pero sabe que no le haré daño, y se que le caigo bien, me lo dijo la otra tarde Tomás, mientras nos tomabamos unos tragos en el jardín y veiamos a Fshiit Fshiit, la perra que adoptamos de la calle y que no responde a ningún nombre por lo que resolví llamarla con un par de silvidos cortados: Fshiit Fshiit.
Tomo mis cosas, no sin antes colocarme un poco de loción, me doy un último vistazo serciorandome de que todo este correcto, busco mis llaves, le doy una mirada al reloj para confirmar la hora, me detengo en la puerta, los tres gatos están hechados en el sofá de la entrada, aparentemente dormidos; saco mi celular del bolsillo, te escribo un mensaje rápido deseandote un lindo día, y me asalta tu rostro sonriente, esta vez mi sonrisa preferida, la cuarta, la mas coqueta y tierna, la que despierta el deseo de quedarme en tu vida, la que me invita a esforzarme para ganar tu confianza, la que me dice "me agradas, por favor tenme paciencia" la que aclara mis dudas existenciales, la que me indica que quizá tenga una oportunidad.
- Miau- dice Tomás, entre abriendo un ojo al notar que abro la puerta para un día más. -que tengan un buen día ustedes tambien...je! triada de flojos- le contesto con una sonrisa en mi rostro.
Plata:.
domingo, abril 06, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario