martes, octubre 11, 2011

Búsqueda de un taciturno en vela

Buscaba, no recuerdo qué, de forma frenética.

Un pensamiento invadió mi ser y entonces, en esta habitación vacía, en plena oscuridad, tu nombre fue un susurro de el viento pasando por mis ojos; una opresión en el pecho y una sensación de ansiedad y vacío, así fue como se sintió. Caí en cuenta de que no te volvería a ver y mis palabras se fueron estancando, aquí, en este cuarto vacío, en esta noche negra, nublada, no puedo decir que me tomó por sorpresa, lo esperaba.
Tomé lápiz y papel y comencé a escribir, sin prender una luz, sin ponerme los lentes, forzando mi vista como queriendo forzar un milagro que me permita verte otra vez, abrazarte, perderme por última vez en esos ojos que encierran universos. Terminé. coloco todo sobre el buró, me tallo los ojos, la noche sigue aquí... Como un amanecer, recuerdo haberte dicho alguna vez, que me parecías algo así como un amanecer, vistoso, hermoso, con colores deslumbrantes, con un aroma a esperanza que trae la mañana nueva, recién salida del horno de Dios, con la caricia de un ángel en el viento y el susurro de la tierra en tus labios; eres la promesa de cada amanecer, la algarabía de mis mañanas... ni mi amor, ni mis letras lograron que amanecieras en mí.

Repito tu nombre mágico, Maleni... de forma frenética te busqué en mi corazón, donde sé que estás.

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