lunes, marzo 31, 2008

Miedos Infantiles

si, por supuesto que jugaba con carritos y muñecos de acción, claro que jugaba a la pelota y se me inundaba el rostro con una alegría que desbordaba las comisuras con sonrisas cada mañana de navidad al tiempo que corría frenético al arbol. pero nunca me sentí un niño normal. siempre me sentí solo; y no era algo que me molestara, al contrario, en el kinder disfrutaba ver las flores del jardín de la escuela; mas tarde descubré el gusto por deambular en la ciudad y, cuando habia oportunidad, en la naturaleza. pero lo que mas recuerdo son mis miedos.

a los 6, mi temor en turno era que san nicolas no dejara regalo, no por la falta de regalo, mi familia era de escasos recursos, mas bien por la connotación moral que el hecho traía en sí: no haber merecido tal dicha. eso y un sueño recurrente sobre hormigas rojas del tamaño de un bulldog que atacaban la ciudad dejando a su paso cuadrados pintados de rojo cuyas lineas eran mortales.


a los 8 descubrí que le tenía miedo a los "azotadores", gusanos que crecen mucho en climas humedos y si los tocas te queman la piel.

a los 10 conocí a una niña del otro lado del salón, y mi miedo esta vez fué el hablarle, no sabía que decir. era un niño retraido que disfrutaba ser el invisible del grupo; cuyo mayor entretenimiento consistía en ver como se comportaba el resto de los niños. así que para mí, el hecho de hablarle a esa niña era cual anarquista protestando por la libertad de expresión en el zocalo: aunque loable la protesta, carente de sentido en si misma, y completamente contradictoría a la persona en cuestión por cierto.

a los 12 años el miedo se multiplicó, pues mi familia y yo nos mudamos al norte del país, trayendo consigo el miedo a dejar a mis parientes, sobre todo a mi abuelo en paz descance. por otra parte me trajó tambien el miedo a lo desconosido; que despues fue conocido, solo para darme cuenta de que en el norte no quieren a los del sur y por tanto, un nuevo miedo a la violencia que se genera en ciertos casos por esta diferencia geográfica, y en muchas ocaciones tambien diferencia de pensamiento.

a los 14 me encontré con uno nuevo: vertigo; no solo miedo a las alturas y a la velocidad, sino que tambien juntos.

a los 15, edad bastante tortuosa, acudió a mi el miedo a reprobar (por segunda ocación) un año escolar.

a los 16 años el miedo a la soledad me vino por primera vez, a pesar de haberme sentido solo todo este tiempo.

a los 18 el miedo en turno fue el de fracasar en la vida, principalmente por el hecho de tener problemas para concluir mis estudios de bachillerato, los que dicho sea de paso no concluí sino hasta dos años despues aproximadamente.


a los 22 me di cuenta de algo tan paradójico que hasta me da risa: el miedo que viene despues de obtener algo que quieres, ya que es en este punto cuando realmente lo puedes perder. todo gracias a que entré a la carrera, justo a tiempo para tener la crisis de "que rayos hago aqui??"

toda mi vida han sido altivajos, soy una persona que se deprime facilmente, y tarda meses en lograr salir de esa depresión, solo para caer en otra un par de semanas despues. y con mi forma de ver el mundo he llegado a pensar que los miedos no se van, ni se vencen, almenos no en mi caso; aunque me haya dado cuenta que san nicolas no existe sigo teniendo miedo a no ser una persona recta y moralmente aceptable, por lo que trato de vivir mis principios y valores cada momento de mi vida, y el sueño de las hormigas, que aun de vez en cuando me visita, hoy lo asocio a ese temor que todos tenemos de pisar en donde no debemos, y cometer errores que nos causan la vida, metafórica y literalmente.
los Azotadores siguen siendo mi martirio, y es en primavera que estos pequeños amigos salen en el patio trasero de mi casa, no lo frecuento en esas epocas. la niña del salón... bueno logré hablarle dos años despues, el ultimo día de clases para mí en esa escuela antes de irme a vivir al norte; y cual fabula de esopo ese día me enteré de que yo le gustaba, imaginense el coraje; a partir de ese momento me prometí jamas volver a callarme ese tipo de cosas, no es fácil, sobre todo por la tremenda lista de rechazos que trajo consigo esa ardua tarea, pero al menos no volvi a quedarme con las ganas; hoy una mujer me proboca la misma sensación de miedo y entusiasmo, ya lo sabe, o almenos espero que lo sepa, de otra forma se enterará por este escrito. y dejenme decirles algo, eso me aterra, ni si quiera se si alguna vez pueda yo hacer algo que remotamente me acerque a merecer su atención.
el miedo de perder a mi familia aun sigue; mi abuelo, con el que tenía mas apego, falleció, y es la razón por el cual me siento con un deber de triunfar para con mi familía. mi abuelita mejoró un poco de salud ultimamente, pero el miedo a perderla sigue ahí, creo que ella se conformaría con conocerme una mujer, despues de todo jamás les he presentado a nadie a mi familia.
en cuanto a las personas del norte, bueno siguen tratando como basura a los del sur, sigo sin entenderlos y sigo obviando sus insultos y agresiones, soy muy pacífico como para dejarme llevar por las emociones. pero eso no me exenta de una que otra patada, golpe o lata de cerveza impactando mi nuca; un miedo mas que no me deja, aunque debo decirlo he encontrado gente especial por estos lares.
el miedo a las alturas? bueno ese es el mas facil de ignorar, simplemente no me subo a nada muy alto y mucho menos a juegos de feria, especialmente aquellos que te dejan caer de golpe.
el miedo a reprobar me sigue acompañando con cada examen que presento, con cada entrevista laboral que acudo, cada prueba de la vida que enfrento.
la soledad pasó de ser un miedo tajante y demacrante, a un miedo vagabundo que de vez en cuando me lo topo en las esquinas de mi vida, cuando me encuentro a muchos amigos que si no estan casados ya no falta mucho para su boda, mas luego continua con su errático vaivén en mi cabeza.
sigo preocupado por no poder triunfar, esta vez por los aconteseres de estos momentos de mi vida, en los que pasé de tener dos empleos no muy bien remunerados pero agredables, estudiar y hacer música; a no tener ningún empleo, lo que significa cero ingresos para poder pagar la escuela y la necesidad de encontrar un empleo aunque sea algo que deteste, pero eso si bien pagado. y todo por la imperiosa necesidad de dejar huella en este mundo, hacer algo que ayude a mi país, hacer sentir orgullosa a mi familia, ser digno de admirar y por ende amar para esa mujer que me hace sentir nervioso, cursi y estupidamente romantico; y la cual vine a conocer en un momento bastante difícil para ambos, y que ciertamente vale la pena todo el esfuerzo que pienso volcar para tener una oportunidad.
debo aclarar que el miedo a la muerte que tanta gente sufre a mi como que no se me da, al contrario, le tengo tanta curiosidad que la ansio, sea de joven o mas grande, solo espero que cuando llegue, listo o no, puedan decir los que me conoscan que en toda la extensión de la palabra "Viví".
para mi mal alimentado ego, resulta una tranquilidad parcial (mas no exeso de confianza) el haber tomado ciertos caminos que considero me han dado estabilidad emocional y mental, por lo cual ahora sé bien qué es lo que quiero y por qué lo quiero, solo me falta resolver bien el cómo. sin embargo no me aparto de mis metas, tengo fé en mis ideales y esperanza en alcanzarlos...


los temores no se evaporan, no desaparecen por arte de magia, ni se vencen cual principe valiente enfrentando al infame dragón; los temores se aceptan, los temores se acojen en lo mas profundo para aprender a lidiar cada día con y a pesar de ellos pues, si los olvidamos o llegamos a creerlos vencidos, corremos el riesgo de confiarnos y sin darnos cuenta, regresan con una forma distinta, mas fuertes, decididos a aplastarnos.


Plata:.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin duda éste es el mejor texto que has escrito de los que he leído.

Me gustó mucho, mucho.

El año pasado que Xavier Velasco presentó su libro "Éste que ves" en la Feria del Libro Saltillo, también habló sobre sus miedos de la infancia. Y de esto es de lo que habla en su libro. No lo he leído pero cometo el atrevimiento de recomendártelo debido al tema que tocas.

Ánimo y felicidades : )

Anónimo dijo...

Por cierto que te vi hace unos días en la Plaza de Armas; tú no me viste porque iba en el carro con mi señor esposo, pero noté que te cortaste "las trenzas" : P

Excelente cambio : D

Anónimo dijo...

no se peleye SeñotiTo