érase una vez un hombre imperfecto, le faltaban partes de la pierna derecha, sin un pulmón, su hombro izquierdo tenía huecos con faltantes, incluyendo la mitad de su corazón; su rostro estaba incompleto, sin ceja derecha ni pestañas, sin su oreja izquierda los lentes siempre tendian a inclinarse he incluso a caerse constantemente, a sus ojos les faltaban lineas negras y tenía un pequeño espacio en blanco justo en medio que dejaba ver el cerebro si se ponía suficiente atención.
Este hombre, inconcluso como nadie, caminaba por las calles tímido, sumizo, mientras la gente le veía con suma extrañeza y, como era de esperarse, musitaban entre si, señalandolo con el dedo y tratando de fingir sus rostros de repulción por educación ya que hoy en día hay leyes en contra de la discriminación. el pobre hombre imperfecto no tenía mucho amor en su vida, únicamente los animales que cuidaba de forma dulce, y estos le respondían de la misma forma, a ellos no les importaba las imperfecciones.
Cada cosa que hacía el hombre imperfecto procuraba hacerla lo mejor posible, con el paso de los años aprendió a ser minucioso con los detalles debido a sus imperfecciones, que iban mas allá de su físico; cuando era niño y jugaba al columpio siempre olvidaba impulsarse; cuando creció, en la secundaria, siempre olvidaba poner las operaciónes en los examenes de matemáticas, solo ponía el resultado, incluso a veces en sus examenes olvidaba poner su nombre y a causa de su cada vez mayor estudio y escrutinio en las pruebas era fácil que algún otro alumno pusiera su nombre en el examen sabiendo que tendría buena calificación. mas tarde en su vida, cuando aplicaba para un trabajo, a veces olvidaba la empresa o la confundía con otra perdiendo así sus entrevistas. en el amor no era distinto, solo un par de veces tubo oportunidad de estar con una mujer, y siempre era lo mismo: olvidaba fechas importantes, al decir "Te amo" siempre lo decia a medias, cometía toda clase de errores hasta que la mujer se cansaba de tantas imperfecciones y lo abandonaba. el hombre imperfecto siempre sabía que era culpa suya, y aceptaba el castigo de la soledad sabiendo que era mejor estar solo que lastimar a alguien con su presencia.
Un día caminando por la calle, este hombre imperfecto divisó a lo lejos a una mujer, lucía perfecta, su rostro era tan hermoso que un alo de luz resplandecía y de esa forma la veía facilmente através de tanta gente; su silueta se quedó en la memoria del hombre imperfecto como una imagen de perfección que cautivo el alma incompleta de este hombre imperfecto. quizó acercarse a esta mujer perfecta pero no lo consiguió entre tanta gente, se perdió la imagen de la mujer perfecta y el hombre imperfecto lloró a medias.
día tras día el hombre imperfecto volvía al lugar donde la vió a la misma hora con la esperanza de encontrarla, sabía que no tenía mas que una oportunidad y quería estar listo para no arruinarlo, y así pasó un año y nuestro hombre imperfecto no perdía la fé.
un día, el hombre imperfecto caminaba por un parque cuando la vió, tan perfecta y hermosa como siempre, tan cautivadora como la recordaba, y le invadió un miedo terrible, comenzó a tartamudear, decía las palabras inconclusas, olvidó incluso por momentos respirar; la mujer perfecta lo vió sin que éste se diera cuenta, y se acercó para ver que tenía, le tomó su mano para sostenerlo y vió que tenía una hoja de papel que el hombre imperfecto había conseguido sacar del bolsillo, la mujer perfecta lo tomó y lo abrió: era un poema, uno soso y con inumerables faltas ortográficas, al pié de la pagina decía "para la mujer perfecta, la única que me ha cautivado de esa manera". El hombre imperfecto, desmoronado por dentro y aturdido por fuera, quería llorar porque había perdido su única oportunidad. la mujer perfecta lo llevó a una banca, lo sentó y lo tranquilizo poco a poco hasta estar lúcido de nuevo y comenzaron a platicar. hablaron durante horas. cuando estaban por despedirse la mujer perfecta le preguntó el por qué del escrito, el hombre imperfecto se llenó de miedo y de una forma tímida le contestó. -porque te encuentro cautivadora, cautivaste mi mente y mi media alma, mi medio corazón late feliz con la sola idea de tu imagen- la mujer perfecta lo besó tiernamente en la mejilla, y se despidió diciendole que quería conocerlo más. el hombre imperfecto, sin darse cuenta, había conseguido esa oportunidad que tanto anhelaba.
ahorá el hombre imperfecto y la mujer perfecta salen juntos, pasean por las calles de la ciudad, compran helado y platican largo y tendido, a veces disfrutan de los silencios que se crean, y dejan volar la imaginación. el hombre imperfecto sigue siendo imperfecto, pero ahora la mujer perfecta le presta un pulmón para que pueda respirar mejor, y el hombre imperfecto descubrió que la mujer perfecta tenia un poco mas que un corazón y ese pedazo de corazón es de la misma medida faltante de su mitad-corazón. el hombre perfecto sabe que tiene que ser mejor pues la mujer perfecta solo merece lo mejor, aún comete errores de vez en cuando, pero no se rinde, el amor, la fe y la esperanza lo alientan a no claudicar, y a poner todo de su parte. aún es temprano para saber qué pasará con el futuro de la mujer perfecta y el hombre imperfecto, a veces el miedo, aunado a los errores e inseguridades, envuelven a ambos, pero como esta es una historia de amor debemos creer que el amor lo vence todo y al final prevalecerá, así lo cree el hombre imperfecto, y así lo creen todas las historias de amor.
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jueves, julio 24, 2008
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