jueves, julio 24, 2008

Revelaciones I

érase una vez un hombre que tenía un espejo, y ese espejo lo miraba fijamente, de mañana ahí estaba inherte, curioso y suspicaz con los detalles; a medio día lo veía pasar con la prisa de un hombre acelerado por la vida; en la noche le admiraba cansado, desvistiendo su debil cuerpo, dejando ver su soledad entre costillas y un tatuaje de antaño, cuando aún tenía juventud.
el espejo observaba cada movimiento de la vida de este hombre, y le parecia cansado, deprimente, sin motivo para existir.
Un día el hombre sintió la mirada del espejo, se movió a un lado y con escalofrios notaba la atención de aquel reflector de si mismo, se movió al otro lado y con espanto confirmó que aquel espejo le observaba; temeroso el hombre como era calló en cuenta de todos los años que el insulso metiche habia observado, cada momento de privacidad que le había robado; entró en un estado de cólera y rabia, estalló con furia contra el espectador y arremetiendo a golpes terminó con cada pedazo hasta que ya no hubo mas reflejo. el hombre entonces desapareció.


Plata:.

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