hace mucho tiempo atrás me topé con un hombre que estudiaba el comportamiento humano, decía que le parecía absurdo y contradictorio y se había dado a la tarea de descubrir por qúe era así.
Me preguntaba por qué tenía mascotas, que no servían de nada y encima me quitaban comida, le contesté que porque me hacían compañía y me daban su cariño a ratos; preguntaba entonces "por qué necesitas compañía y cariño?" y le contesté entonces que era porque me sentía solo y eso me hace sentir bien, que aminora la carga.
Me preguntó por qué amaba y le contesté "porque me siento bien haciendolo y vale la pena amar a alguien", preguntó en seguida por qué me sentía bien amando, contesté que era porque me parece hermoso aquello que amo y le dá sentido a mi vida el dedicar cada momento a ese amor. intrigado me hizo la observación de que mi lógica no tendría sentido si aquello que amo no me ama a mi; le dije, en un tono un tanto molesto por el comentario, que no doy amor para recibirlo, lo doy para no quedarme con el, solo se lo doy a quien yo sienta que realmente lo meresca, como un regalo desinteresado, sin mas sentido oculto que el de sentirme bien al saber que puedo regalar amor por el placer que se siente al hacerlo.
Me preguntó otro día por qué no odiaba, le dije que porque solo me haría sentir más mal; preguntó entonces si alguna vez me aprobechaba de los demás, le contesté que soy un hombre simple, y prefiero dañarme a mi mismo antes que a alguien más, por lo que olvido sin mayor problema cualquier cosa que pueda usar para causar mal, simplemente no es mi naturaleza.
Más tarde me preguntó por qué a veces yo me sentía tan triste, "porque no me siento completo en mi vida, me siento inutil" le dije; asombrado y sin dejar de anotar en su pequeña libreta (la cuarta de su curiosa investigación) preguntó sobre el motivo de que me sienta así, "es porque aún me falta mucho por hacer, aún tengo mucho para dar" le dije.
un día de lluvias, en el portico de la casa mientras observaba caer el agua con una furia tranquilizante para mis sentidos, me preguntó "por qué perdonas?", le contesté que no me gusta quedarme con rencores, solo envenenan el alma, prefiero dejar pasar esos sentimientos; en seguida me preguntó por qué np me gusta quedarme con eso, si alguien puede aprovecharse y herirme una y otra vez, tranquilamente le contesto que si dejo de confiar en las personas no podré confiar en mi mismo, y que sería como pensar que todos son iguales y quitarles la oportunidad de demostrar lo contrario. me dijo tajante entonces "pero entonces saldrás herido muchas veces en toda tu vida!" a lo que le dije "al final de la vida uno no piensa en las derrotas sino en las victorias que se consiguieron, al final no pensaré en las muchas personas que me hirieron, sino en las pocas que me dieron su cariño y amor".
El hombre siguió por días preguntandome aserca de todos mis comportamientos y actitudes para con la vida, de cuando en cuando me preguntaba si esataba conciente de que casi nadie piensa de el mismo modo, yo acentía con la cabeza y le decía que solo puedo responder por mi.
el último día que lo ví tomó sus notas y las guardó en una maleta, con su mano izquierda tomó su sombrero y mientras se lo colocaba me preguntó si me arrepentía de algo, "solo de las veces que de algún modo lastimé a alguien. esbozó una sonrisa, dió media vuelta al tiempo que hacía un ademan de despedida con la mano y se marchó para continuar escrudriñando a mas personas. Nunca volví a saber de él.
Un día existió un hombre que no entendía el comportamiento del ser humano, pasó su vida intentando desifrarlo; el hombre nunca lo comprendió porque nunca vivió.
Plata:.
jueves, julio 24, 2008
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